
El jovencito recibe clases de como montar una escoba mágica, como hacer pociones, lanzar encantamientos, transformarse y otras practicas ocultistas. Todo ésto, va envuelto en un paquete de "diversión" bien pensado para emocionar al lector común y corriente mientras que se imagina a Harry montado en su increíble escoba.
¿Inocente? Si uno desconoce lo que enseñan las Escrituras acerca de la magía, así parecería. En realidad se hace difícil criticar al pobre paria de Harry, que descubre de repente que no solo es alguien, sino que es una persona muy poderosa que no tiene nada de inofensiva. Descubre que puede usar sus poderes mágicos para hacer el bien o el mal. Ésta idea del poder personal se halla tras gran parte del atractivo de Harry Potter, pero es un poder personal que no tiene nada que ver con Dios. De hecho, es un serio engaño, sobre el cual nos alertan las Escrituras en 1ª de Timoteo 4:1. Tenemos que evitar todo espíritu de engaño y seducción. Se trata de la misma seducción y burda dirigida por la serpiente a Eva en el huerto. Le dijo, que podia tener el conocimiento de todo, y de esa manera, adquirir poder. La engañó, haciéndole creeer que es posible alcanzar un poder así sin contar con Dios. Éste es el verdadero atractivo de toda magia.
Original: Libro "Libéranos del mal", Cindy Jacobs.