
A
principios de los años 80 en
IBM se estaban haciendo pruebas de forma intensa con nuevo hardware y nuevo software. Esto provocaba que
los ordenadores se quedasen “colgados” con facilidad. Para volver a arrancar un equipo era necesario apagarlo, esperar unos segundos a que reposara para no provocar daños al hardware, volver a arrancarlo y esperar por las rutinas de autocomprobación que ejecutaba el PC. Se tardaba más de un minuto en volver a tener el equipo operativo. La idea de
David J. Bradley, ingeniero de IBM, era c
rear un mecanismo que permitiese el reinicio “en caliente”, sin tener que seguir todo ese proceso. El ahorro de tiempo era considerable, y por eso esta funcionalidad, que en un principio estaba destinada únicamente a ser conocida por los desarrolladores de IBM, se difundió paulatinamente entre el público.